El hijo de la fuente amarga que encandila al visitante
Benimarfull significaría en árabe ‘hijo de la fuente amarga’. La primera vez que aparece el topónimo fue en 1574, cuando el patriarca Juan de Ribera creó la rectoría de moriscos Benimarfull-Benillup. Al expulsar a los moriscos, fue repoblado por cuatro familias procedentes de L’Orxa. En 1611 Benimarfull consiguió la carta puebla. Su parroquia se separó de la de Benillup en 1663.
Son varias las fuentes de aguas sulfurosas las que manan en esta población de El Comtat. Idea de la importancia de esta característica local, la dan algunos topónimos, como el de uno de los barrancos, el del Sofre o el de la fuente del Baral, la que muchos denominan del agua podrida, por su especial olor.
Desde sus 416 metros sobre el nivel del mar, tres barrancos que vierten al Serpis dan personalidad a Benimarfull. Al mencionado del Sofre, hay que añadir de ‘del poble’ o Benimarfull y el de l’Albacar, al sur.
Está situado en el norte de la provincia de Alicante, en el valle de Travadell que, volviendo al árabe, significa cosa plana, algo que no cumple Benimarfull, donde las empinadas calles dan un encanto especial a los 5,62 km2 que ocupa el municipio, en el que viven algo más de 450 personas.
Para llegar a Benimarfull, hay que tomar la salida 436 de la A-7 y conducir por la CV-700 durante unos minutos. Una vez allí, llega el momento de pasear, de observar detenidamente cada rincón, cada calle.
Llama la atención la Iglesia de Santa Ana, blanca y tierra al tiempo, construida en el siglo XVI y presidida por un impresionante campanario de tres cuerpos. Desde la misma Plaça Major se divisa el Ayuntamiento, el ‘llavaor’ y el reconocimiento a Lluís Fullana, erudito y gramático oriundo de Benimarfull.
También nos podemos acercar al antiguo balneario de la Fuente de Santa Ana, hoy convertido en Hostería els Banys. Construido en 1846, fue famoso por las propiedades curativas de sus aguas. Está situado en la fuente del Baral y funcionó hasta 1940, cuando se reconvirtió en residencia religiosa.
Un paseo por el perímetro urbano nos muestra cómo la economía de Benimarfull se basa en el cultivo de secano, con dos denominaciones de origen: ‘Montaña de Alicante’ para la cereza y ‘Aceite virgen de oliva Mariola’ para el jugo de la oliva. No hay que olvidar las plantas aromáticas, que cuenta en Benimarfull con una importante empresa productora de infusiones.
A la hora de comer, destacan sobre las especialidades típicas de la comarca les ‘pilotes de dacsa’, elaboradas con carne y harina de maíz y servidas con un guisado de alubias y pencas. De postre, bizcocho. Después, lo mejor es reiniciar el paseo.
Las fiestas patronales, en honor a Santa Ana, San Jaime y al Santísimo Cristo de la Buena Muerte se celebran el primer fin de semana de agosto, en las que tiene lugar la entrada de moros y cristianos y la procesión del Cristo.