Donde la tradición y la modernidad van de la mano
Una vista aérea de Alcoy muestra la singular orografía en la que se sitúa la ciudad. Salvada en diversas ocasiones por puentes de diferentes épocas y estilos, la capital de la comarca de L’Alcoià ofrece a los turistas un amplio abanico de posibilidades. Naturaleza, historia y gastronomía autóctona son algunos de los valores que se pueden encontrar durante un paseo por sus calles y alrededores.
Los primeros que ocuparon la zona donde si sitúa Alcoy vivieron hace 40.000 años aproximadamente. Se sabe gracias a los restos arqueológicos encontrados en El Salt. Estos antepasados tuvieron también actividad en la Sarga, donde las pinturas rupestres de sus abrigos rocosos han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad. Los poblados íberos de la Serreta o El Puig corroboran la importancia que tuvo la zona en la antigüedad.
El centro histórico mezcla elementos arquitectónicos de la era medieval y del modernismo. Restos de murallas y torres como la Na Valora, junto a edificios emblemáticos del siglo XIX como la Casa del Pavo conviven en perfecta armonía. El aspecto de las calles más céntricas revelan la fascinación de las clases burguesas por alzar residencias a imitación del modernismo catalán. El Conservatorio de Música y Danza o el Círculo Industrial son también referentes de la época que merecen una visita por su expresión artística y el valor que otorgan a la urbe.
El pasado industrial de Alcoy todavía está latente en uno de sus rincones: el cementerio. Su gran valor arquitectónico se funde con el social, ya que sus pasillos y zonas muestran el reflejo de la estructura industrial de antaño. Panteones y tumbas de diferentes estilos artísticos albergan familias enteras que en su día ejercieron su influencia en el día a día de la sociedad alcoyana.
El encanto de la ciudad no se queda solo en terreno edificado. El Parque Natural de la Font Roja proporciona a Alcoy aire puro y vistas inimaginables. La cantidad de turistas que se acercan al paraje buscan su atmósfera acogedora y la tranquilidad que proporcionan sus sendas y balcones hacia la ciudad. Las hierbas que crecen en la Font Roja sirven como medicina, además de aportar aromas infinitos y placenteros.
La naturaleza que rodea la localidad se puede disfrutar de maneras muy distintas. Paseos a pie, rutas en bicicleta o experimentar deportes extremos como el puenting o la escalada son actividades que los que visitan Alcoy agradecen.
Al terminar una actividad física importante, lo mejor es reponer fuerzas. Para ello, la gastronomía alcoyana aporta multitud de ingredientes y platos perfectos para degustar. Bajoques farcides, borreta, olleta o pericana son imprescindibles antes de abandonar la ciudad.
Tradición y modernidad se han dado la mano al largo de los años en Alcoy. Ahora, en pleno siglo XXI, se nota más que nunca y se comprueba con una ruta por sus rúas y entornos naturales.
